julio 08, 2014

¿Qué está pasando en Oriente Medio?

Más de 2 mil millones de dólares, procedentes del control que ejerce sobre los principales campos petroleros sirios, y 10 mil combatientes, fundamentalmente fanáticos del Islam sunnita, son datos que ilustran el poder que posee el grupo terrorista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que por estos días colma los cintillos noticiosos de muchas cadenas de prensa, y mantiene en vilo a una zona del mundo que no acaba de encontrar la solución a tantas divergencias.
Actualmente el Medio Oriente es la parte del mundo más inestable.Millones de refugiados, economías dispares y dependientes y una situación humanitaria preocupante, son algunos de los resultados de décadas de conflicto armado, en un territorio donde confluyen diversidad de culturas y religiones, tradiciones e intereses.

El vacío de poder y las tensiones tribales en Libia dejadas por las potencias occidentales tras el bombardeo indiscriminado de la OTAN, el apoyo a facciones rebeldes y el asesinato de Muamar Al-Gadafi; los nuevos bombardeos de Israel a la Franja de Gaza, que al cierre de esta edición habían causado cientos de palestinos heridos, así como la lucha entre el gobierno de Siria y las agrupaciones mercenarias y terroristas financiadas por las monarquías del Golfo, Estados Unidos y Europa son sólo noticias ante la preocupante amenaza que representa el EIIL y sus criminales objetivos. En estos momentos dominan parte de Siria y casi todo el norte iraquí, sembrando muerte y extremismo religioso, una receta muy conocida en esa zona y que anuncia que el fin de las rivalidades está todavía muy lejos de esa región.

Pero, ¿de dónde ha salido el poderoso EIIL que aterroriza Oriente Medio? Según datos extraídos de un artículo delperiódico británico The Guardian, esta milicia se formó como una rama de Al Qaeda en Irak, liderada por Abu Bakr al Baghdadi. Entonces no actuaba directamente en Siria. A mediados de 2011 uno de sus miembros, Abu Mohamad Al-Golani, fundó el Frente al-Nusra, que pasó a ser el principal actor yihadista (guerra santa) de la guerra civil en Siria, obteniendo los recursos económicos y empezando a actuar también en ese país. 

Sin embargo, algunas diferencias enfrentaron a ambos grupos. Los métodos y las actividades violentas de EIIL, como desmembramientos o decapitaciones, resultaron demasiado radicales, por lo cual el líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, anunció que dejaba de apoyar al EIIL y en mayo pidió a la milicia que dejara de actuar en Siria y volviera a Irak.

Ahora, EE.UU. luce muy preocupado por los resultados de las acciones del grupo en tierras iraquíes, donde prácticamente no han tenido resistencia y ya dominan ciudades importantes como Faluya, Mosul y Tal Afar, sin recordar que su apoyo a los talibanes en Afganistán –con vínculos ya demostrados entre las altas esferas de la política de ese país con la familia de Osama Bin Laden- y su “guerra contra el terror” fueron -y son- políticas fallidas para la región.

Ahora anuncian el despliegue operativo de algunas de sus tropas en Irak, por primera vez desde el abandono del país en 2011, y no se desestima la posibilidad del uso de drones, en tareas de vigilancia y de combate. Incluso, trató de buscar apoyo, durante las conversaciones referentes al programa nuclear, en el archienemigo Irán, que siendo un país con mayoría chiíta, se opone a las milicias sunitas. Es decir que el añejo adagio de cría cuervos… les corroe la cabeza a Obama y su camarilla.

Por su parte Irak se desploma hacia otra guerra civil, donde el extremismo religioso, las inefectivas políticas internas y las presiones de las potencias cobran protagonismo y mutan a la vez en causas y resultados. El analista Conn Hallinan, en Information Clearing House, nos dice que resulta importante recordar cómo sobrevino todo esto, y por qué agregar aún más guerra a la actual crisis perpetuará exactamente lo que “el Gran Botín” se propuso: despedazar toda una región del mundo.

Asimismo propone que si la Casa Blanca quiere restringir el caos, debe detener la guerra civil en Siria, presionar a las monarquías del Golfo para que terminen la yihad sectaria contra los chiíes, presionar a los israelíes para que lleguen a un acuerdo con los palestinos, y terminar la campaña por aislar a Irán. Eso sería sólo un paso en busca de la paz.

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