Pocas páginas ya le van quedando al libro del 2014. Casi sin darnos cuenta, llegó diciembre -con su acostumbrado olor a cerdo asado y vianda frita- y nos recuerda que se nos acaba el tiempo, y de nuevo es momento para el recuento y planes nuevos.
¡Y nadie podrá decir que este ha sido un año de malas noticias! Tal parece que el calendario aguardó hasta las postrimerías, como inclemente guerrero, para transmitirnos esas buenas nuevas que recibimos la semana pasada: el regreso a casa de Gerardo, Antonio y Ramón; y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos. ¡¡¡Qué día caballero!!!
¡Y nadie podrá decir que este ha sido un año de malas noticias! Tal parece que el calendario aguardó hasta las postrimerías, como inclemente guerrero, para transmitirnos esas buenas nuevas que recibimos la semana pasada: el regreso a casa de Gerardo, Antonio y Ramón; y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos. ¡¡¡Qué día caballero!!!
Pero vale también lanzar una mirada más adentro. Un escrutinio de esos que lo evalúen todo, tanto en el plano personal, como un poquito más allá: en la sociedad, la economía y el bienestar de todos los matanceros. Todavía quedan muchos asuntos por resolver, no obstante los logros alcanzados y resultados tangibles.