diciembre 02, 2016

Las palabras de mi esposa: "Diego, el helicóptero y las cenizas de Fidel"

Habitantes de la ciudad de Cárdenas reunidos
en el parque José Antonio Echevarría esperan
el paso de las cenizas del Comandante en Jefe
Mi esposa, desde la ciudad de Cárdenas, junto a mi pequeño de 11 meses, también despidió al Comandante en Jefe. 

Emocionada ante el amor de pueblo desbordado, me pidió publicara en este blog, algunas apreciaciones del suceso..."Gaby, este puede ser un pequeño aporte a su memoria", me dijo...Yo gustoso, lo comparto con ustedes...


Diego, el helicóptero y las cenizas de Fidel

Los cubanos tenemos la capacidad de transformar en muy poco tiempo cualquier rincón en una plaza colmada de multitudes, aun así, los sucesos ocurridos en estos días han causado gran asombro en muchos. Toda Cuba está en las calles, un mar de pueblo inunda el más recóndito paraje en esta isla.

Ha partido el gran padre y cada cubano como buen hijo que ha aprendido la enseñanza de cada lección va a rendirle tributo. Nadie quiere quedarse con la insatisfacción de no brindarle el último adiós en ese largo viaje que ha emprendido hacia la eternidad.

La emoción que sentí cuando la televisión anunció que estaban entrando a la ciudad de Cárdenas fue indescriptible. Esta aumentó cada vez más hasta escuchar el estrepitoso sonido del helicóptero sobre mi cabeza. Tomé a Diego en brazos y salí, aunque no pude aproximarme todo lo que deseaba, pude apreciar desde la distancia cada detalle.

Pasaron dos niños a toda carrera remolcando a su abuela, la calle estaba abarrotada de gente, muchos llevaban horas al sol, los vecinos salían apresurados; quedando así vacías las casas porque todos querían estar presentes.

Mis palpitaciones aumentaban a cada instante y absorta ante aquel escenario me negaba a aceptar su partida; pero es la muerte ley suprema de la naturaleza y no podemos burlarla. Intenté encontrar consuelo en el gentil rostro de mi pequeño que todavía sin poder comprender permanecía tranquilo. Lejos de estar temeroso ante aquella bestia de hierro impresionante que sobrevolaba sobre nuestras cabezas, seguía curioso y expectante cada movimiento.

No fue hasta ese segundo que pude comprender que aquellas cenizas serán el acicate para las nuevas generaciones que inspirados por su hidalguía, convicciones y principios morales harán resurgir a Fidel una y otra vez.

Hoy vamos a su encuentro seguros de que será necesaria su consulta continuamente y más allá del simple adiós, le brindamos más firmes y convencidos un Hasta Siempre Comandante…

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