octubre 06, 2015

Cuba no olvida: Réquiem por Barbados y el olvido



Yo no había nacido cuando explotó el avión de Barbados. Mis padres aun eran adolescentes, y me contaron hace ya tiempo, que recuerdan como las lágrimas surcaban el rostro triste de las familias; que recuerdan la fuerza suprema de Fidel Castro en su discurso: 
“¡(…) cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!
Este martes todos los cubanos recordaremos con angustia el aniversario 39 del fatídico atentado. Horrible crimen que planificó el mayor terrorista del hemisferio occidental y uno de los más grandes engendros de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos en el continente: Luis Posada Carriles. Personaje que se pasea libre y sin remordimientos por las calles de Miami como un héroe, sin más mérito que haber luchado toda su vida por destruir nuestra Revolución.

La sangre vertida sobre el mar Caribe aún reclama justicia. Los padres y hermanos, hijos y esposas, no comprenden aún cómo la muerte de sus seres queridos podría ayudar a destruir este proyecto social, por demás alternativo y humanista.

Y en estos momentos el olvido resulta imperdonable. Un país que se refunda como Ave Fénix no puede darse el lujo de olvidar a quienes ofrendaron su vida para que estemos aquí. 

Un país que se traza un nuevo camino, y que ha reentablado relaciones diplomáticas con la nación que en su momento nos quiso "ahogar por hambre y necesidad", no puede negar su memoria histórica, Por ellos estamos más firmes que nunca.

Nunca perdonaré a los verdugos de la aeronave de Cubana, nunca dejaré de portar, en mi alma y mi camisa, un recuerdo imborrable para ellos. Lo merecen.

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