Como un espectáculo alucinante, donde el público es protagonista de principio a fin, calificó la finlandesa María Baric el desarrollo del evento de Teatro Callejero que por espacio de varios días se apoderó de las calles y parques y de cuanto espacio citadino existe en Matanzas.
La directora artística, invitada a la VIII Jornada Nacional de Teatro Callejero, se mostró impresionada por la forma en que el certamen atrae a los transeúntes y favorece el intercambio de intereses y experiencias entre las agrupaciones de esa modalidad tanto de Cuba como de otras regiones.
Esta manifestación en las calles y parques, con tanto público, es verdaderamente extraordinario, sostuvo Baric tras exaltar la oportunidad que tienen los participantes de apreciar los espectáculos dramáticos así como divertimentos que incluyen juegos y habilidades circenses.
Para Francisco Rodríguez, director general del evento, esta edición estuvo marcada por un ritmo superior y un desenlace inesperado. Es el espíritu milagroso del Teatro Callejero, uno nunca qué pasará ni puede atreverse a pronosticar; siempre, eso sí, concluye en una fiesta popular, comentó.
Llamó la atención asimismo sobre la diversidad de esta Jornada, dedicada a las estatuas vivientes, y dijo que el público se ha ido habituando a esta expresión de arte y ya sabe captar el encanto como nunca antes.
La octava edición de la jornada del teatro de calle, una de las expresiones artísticas más antiguas, concluyó este domingo con la presentación de grupos como El Mirón Cubano, Teatro El Bosque, Teatro Retazos, TECMA, El Carro de Thespis, Teatro de los Elementos, D’Morón Teatro y Danza Espiral, entre otros colectivos. Ajustado a la tradición, el momento final fue un pasacalle. (Por Ventura de Jesús)
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