Más de 600 bailarines y 80 horas de ensayos para que ese cuarto de hora fuera de los más espactaculares y emotivos en la historia de esas competiciones. Según las cadenas televisivas y medios de prensa, junto al juego inaugural entre los de casa y Croacia, ese momento rompió records de audiencia y seguimiento. Nunca antes tantos millones de personas habían esperado tanto para ver.
Con un paseo por la selva amazónica, pulmón del planeta y uno de los símbolos más importantes en la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente, comenzó la fiesta del balompié. Referencias a la naturaleza brasileña y sus habitantes originarios tampoco faltaron.Después, continuaron con una muestra de las muchas tradiciones culturales y musicales con que el gigante suramericano se precia. Venidas de Europa y África, que producto del sincretismo cultural, tomaron vida propia en Brasil, pudimos agasajarnos con escenas preparadas de capoeira, bailes tradicionales, samba, ritmos tropicales.
Otro de los momentos emotivos del primer paso del Mundial resultó la patada inicial, que producto a un ingenio tecnológico de última generación, permitió a un joven cuadriplégico, pararse sobre sus piernas y dar tan importante golpe a la Brazuca.
Al final, los cantantes del tema oficial de la competición subieron a escena desde dentro del "Balón Vivo", otra de las maravillas de la tecnología que brindó colorido y originalidad a la presentación, y pusieron a bailar a los asistentes a la Arena Corinthians de Sao Paulo. Fue un espectáculo breve pero cargado de sentido y pasión, algo que se espera siempre del fútbol y los cariocas.
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